En un contexto marcado por la incertidumbre energética, una geopolítica internacional cambiante que impacta de forma directa en los precios de la energía, cambios normativos que afectan a las actuaciones de las empresas por mejorar su eficiencia y la sombra de la crisis climática copando titulares informativos; la búsqueda de soluciones que mejoren la gestión de la energía puede convertirse en un asunto tedioso.
Las empresas se enfrentan en este momento a un doble reto: reducir sus costes y mejorar su eficiencia energética para reducir su impacto ambiental, una ecuación que puede parecer sencilla pero que no siempre lo es si no se cuenta con las herramientas adecuadas.
Por ello y para acercarte al mundo de los sistemas de gestión de energía, hoy queremos hablarte de la tecnología EMS y de cómo esta puede ayudarte a reducir costes y hacer un mejor uso de la energía sin sacrificar confort.
Although, let's start at the beginning.....
¿Qué es un EMS y cómo funciona?
Un EMS, o Energy Management System (por sus siglas en inglés) es una tecnología inteligente que monitoriza, analiza y optimiza el consumo de una o varias instalaciones. En la práctica, se trata de un producto que, si se cuenta con un hardware adecuado, permite a las organizaciones desarrollar e implementar acciones para conseguir una gestión de la energía más eficiente.
Su funcionamiento es sencillo y se basa en cinco fases:
- Recopilación de datos: El EMS recoge una gran cantidad de datos de diferentes tipos de dispositivos que permitan obtener una visión completa del consumo energético de la instalación.
- Análisis de datos: Gracias a los algoritmos de la Inteligencia Artificial y el procesamiento de datos, se analiza la información recogida para identificar patrones, tendencias y posibles anomalías.
- Construcción de modelos: Con los datos analizados, se construyen modelos matemáticos que se ajustan de forma automática a medida que se van incluyendo nuevos datos. En este punto, se pueden incluir medidas como el encendido o apagado de luces o la gestión de la temperatura en sistemas de climatización.
- Predicción del consumo: Teniendo en cuenta factores como el clima, la estacionalidad, anomalías o eventos especiales, estima el consumo futuro.
- Optimización y recomendaciones: Se ofrecen recomendaciones y estrategias que permiten optimizar el consumo, identificando cambios en la gestión de la energía con acciones específicas que maximicen la eficiencia y reduzcan los costes.
¿Cómo funciona el EMS en Smarkia?
El EMS realiza predicciones de distintos parámetros (temperatura ambiente, temperatura exterior, tarifa eléctrica, inercia térmica del edificio, ocupación, estacionalidad... entre otros) y elabora un plan de consumo óptimo para las horas siguientes según los resultados obtenidos.
En Smarkia podemos presumir de contar con casos de uso en el ámbito Comercial & Industrial tanto en pequeño como en gran comercio, en edificios corporativos, industria y hasta estadios de fútbol. Si, sí, has leído bien. Además, se trata de una tecnología transferida por Repsol que ya había sido testada previamente en grandes proyectos y que hemos mejorado, consiguiendo los mejores resultados entre otros, en la gestión de equipos de la cadena de frío y climatización (HVAC), y en otras funcionalidades como la gestión de paneles fotovoltaicos, baterías y vehículo eléctrico.
Aunque la mejor forma de entender su funcionamiento es viéndolo en acción. Por eso, en el post de hoy compartimos dos ejemplos de casos reales en los que aplicamos nuestro EMS para revolucionar la gestión energética.
EMS en estaciones de servicio:
En una estación de servicio entran en juego gran cantidad de elementos y variables que un EMS tiene que tener en cuenta a la hora de actuar. En este ejemplo, veremos cómo interactúa con todas esas variables a la hora de gestionar las cargas de las cámaras de refrigeración en las que podemos encontrar las bebidas o dulces cuando paramos a repostar.
En primer lugar, tendrá en cuenta el horario de apertura que, en una estación de servicio tipo, puede ser de 8:00 h a 23:00 horas. Esta información, junto con las estadísticas de volumen de usuarios que recibe por horas, ofrece datos de interés que el sistema puede cruzar con los datos del precio de la luz por anticipado. En función del resultado que los algoritmos arrojen, el EMS gestionará las distintas cargas para conseguir la mayor optimización energética posible.
Con el ejemplo de la cámara de refrigerado, la gestión de cargas que realiza el EMS funcionaría así: sabiendo de forma anticipada que el precio de la luz alcanza el pico entre las 14:00 h y las 15:00 h, la temperatura exterior, la ocupación en ese horario y la temperatura mínima y máxima necesaria para garantizar la calidad de los productos; bajaría la temperatura de la cámara por debajo del mínimo de conservación sobre las 13:00 h, consumiendo más a un precio más bajo, y aprovechando la inercia para mantener una temperatura óptima en la hora pico. De la misma forma, el EMS aprovechará el horario de cierre para programar las cámaras a la máxima temperatura de conservación posible, consumiendo menos energía y eficientando así el consumo.
Frío o calor en la oficina y el concepto de flexibilidad del usuario:
Seguro que alguna vez has intentado variar la temperatura de tu oficina a través de los termostatos visibles y has comprobado que no responde de la forma de quisieras. ¿Te has preguntado por qué? Lo más probable es que exista un EMS trabajando en ese anillo de frio. Y es muy buen ejemplo para introducir un concepto que entra en juego en este sistema, la flexibilidad del usuario. En otras palabras, la capacidad del usuario de marcar los límites al algoritmo a la hora de programar la temperatura para conseguir una mayor eficiencia.
En función de la intervención que quiera tener el usuario, se entenderá que el sistema tiene mayor o menor flexibilidad. De esta forma, cuanto mayor flexibilidad tenga, más capacidad otorgará al EMS para manejar las cargas y optimizar el consumo. En una situación práctica: un usuario que permita al sistema manejar la temperatura de su despacho entre los 16º y los 30º grados estará dando mucha flexibilidad, pues será el propio EMS el que decida qué es lo más eficiente en función de diversos parámetros.
Sin embargo, si no da capacidad de decisión al sistema y solo le permite actuar, por ejemplo, entre los 22 y los 24 grados, le estará dando poca flexibilidad y, en consecuencia, el EMS tendrá menor margen de movimiento y, por tanto, de optimización de consumo.
¿Por qué contar con un EMS en tu empresa?
En Smarkia somos referentes en la implementación de esta tecnología, con la que hemos conseguido reducir consumos energéticos hasta en un 40% en cadenas de frío y hasta un 20% en climatización. Y sí, en ambos casos, sin alterar el confort de los usuarios. Pero, además del significativo ahorro en costes, contar con nuestro EMS aporta otros beneficios como:
- Ahorros en tiempos de gestión: gracias a los algoritmos de la #IA y de la automatización de procesos, el EMS funciona independientemente de los horarios y en tiempo real.
- Mayor control en los procesos: ofrece un mayor conocimiento sobre productividad, estabilidad y procesos, entre otros; a través de informes personalizables.
- Facilita el cumplimiento normativo: gracias a sus informes personalizados, permite la recogida de datos para acometer las mejoras necesarias a la hora de cumplir con las distintas normativas energéticas, como la 50001, entre otras.
- Perdurabilidad: Tiene capacidad para adaptarse a los cambios de cada organización e instalación, independientemente de las nuevas herramientas que se incluyan en el proceso. Todo ello, centralizado a través de un mismo sistema.
- Contribuye a una mayor sostenibilidad: el ahorro energético que consigue se traduce en una reducción de las emisiones y, por tanto, de la huella de carbono de cualquier actividad.
¿Quieres llevar al siguiente nivel tu gestión de la energía y beneficiarte de todas sus ventajas? ¡En Smarkia podemos ayudarte!
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